Todo indica que el 2025 será el peor año registrado en cuanto al arribo de sargazo, advirtió la UNAM. Según datos del Laboratorio de Oceanografía Óptica de la Universidad del Sur de Florida, hasta mayo ya se acumularon 37.5 millones de toneladas de esta macroalga en el Atlántico.

La bióloga Brigitta Ine van Tussenbroek, investigadora de la UNAM, alertó que su arribo no solo afecta la estética del Caribe mexicano, sino que está provocando la muerte de los pastos marinos, esenciales para la vida marina y la protección de las costas.

“Cuando el sargazo cubre las aguas costeras, bloquea la luz solar y altera procesos químicos, dejando a las plantas sin oxígeno”, explicó la científica.

Los pastos marinos, sirven de criadero a camarones, langostas y peces, y ayudan a evitar que las playas se erosionen, lo cual ya es visible en zonas como Quintana Roo.

Además, Van Tussenbroek y su equipo están estudiando cómo el sargazo duplica su biomasa cada 5 días y medio bajo condiciones ideales (28 °C, alta salinidad y nutrientes como nitrógeno, fósforo y hierro). También desarrollan tecnología, como algoritmos de detección satelital, para monitorear estos gigantescos mantos en mar abierto.

La ciencia está actuando, pero el reto del sargazo requiere acción colectiva y políticas firmes para enfrentar su impacto ambiental, económico y social, concluyó la investigadora.