En un giro inesperado dentro de la tensa relación México-Estados Unidos, el presidente estadounidense Donald Trump sorprendió este jueves al referirse en tono honroso a la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien llamó una líder “elegante” y “fantástica”.

Durante una reunión en la Casa Blanca, Trump aseguró que sus decisiones recientes, como el regreso de plantas automotrices a EE.UU. y los nuevos aranceles a productos internacionales, no buscan dañar a México. “Ha sido muy amable conmigo… me gusta México”, comentó, destacando que ha mantenido varias conversaciones con la mandataria mexicana.

A pesar de que el acero y el aluminio mexicanos aún enfrentan restricciones, México no fue incluido en la última lista de “aranceles recíprocos” del 10 %, según confirmó el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.

A pesar de su elogio hacia la presidenta mexicana, Trump reiteró su postura sobre los aranceles impuestos a la industria automotriz, los cuales han provocado que algunas plantas que inicialmente se iban a construir en México, ahora se edifiquen en territorio estadounidense. Según Trump, Honda y Stellantis son dos ejemplos de empresas que han reconfigurado sus planes de producción debido a los aranceles, especialmente en lo que respecta a los vehículos híbridos y otros modelos.

Este discurso moderado de Trump podría ser una señal de tregua temporal, justo cuando ambos países enfrentan retos conjuntos en comercio y migración. Mientras tanto, Sheinbaum ha mantenido un mensaje de calma, recalcando la importancia del T-MEC y defendiendo los intereses mexicanos ante cualquier presión.