En una decisión que ha encendido el debate político en Estados Unidos EEUU, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó que el presidente Trump acepto un Boeing 747 valuado en 400 millones de dólares, ofrecido por la familia real de Qatar para ser usado temporalmente como el nuevo Air Force One del presidente Donald Trump.
El anuncio, hecho por el Pentágono este miércoles, ha generado fuertes críticas, sobre todo desde la oposición demócrata, que acusa al gobierno de cruzar límites éticos y legales. “Es pura corrupción”, declararon legisladores demócratas.
El portavoz del Pentágono, Sean Parnell, aseguró que la aprobación del avión se realizó “de acuerdo con todas las normas y reglamentos federales” y que el Departamento de Defensa tomará las medidas necesarias para garantizar la seguridad del mandatario a bordo.
Sin embargo, expertos constitucionales y críticos han advertido que el artículo I de la Constitución prohíbe a los funcionarios públicos aceptar regalos de gobiernos extranjeros, lo que ha puesto la legalidad de la decisión bajo la lupa.
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