La presidenta Claudia Sheinbaum firmó un decreto histórico que modifica más de 100 artículos de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, con un enfoque más estricto para combatir el uso ilegal de armamento.

Entre los puntos clave, se destaca la prohibición de la fabricación de armas con impresoras 3D o de forma artesanal. También se veta cualquier tipo de accesorio táctico (como miras térmicas o láser) que no esté ligado a la caza o al deporte de tiro.

Además, queda prohibido el uso de vehículos blindados particulares que tengan adaptaciones para disparar armas.
La Secretaría de la Defensa Nacional tendrá la autoridad para aprobar quién puede usar armas de uso exclusivo militar, incluyendo funcionarios nacionales y agentes extranjeros en visitas oficiales, bajo reglas claras y estrictas.

Las armas de alto calibre, explosivos, proyectiles especiales y lanzagranadas estarán totalmente restringidas a las fuerzas armadas.

Si pierden su permiso de portación de armas, deberán entregar su armamento en máximo 15 días y disponer de él en 45 días.

El decreto redefine qué se considera un arma de fuego, incluyendo aquellas que usan aire comprimido si superan los 140 Joules de energía.

En el caso de los Gobiernos locales y federal deberán promover campañas permanentes de desarme y cultura de paz, dirigidas a la ciudadanía en general.