La Corte Suprema de Estados Unidos (EEUU) bloqueó la demanda del gobierno mexicano contra varios gigantes de la industria armamentista, acusados de facilitar el tráfico de armas que alimenta la violencia del narco en México.

El caso, presentado por México en 2021, apuntaba a empresas como Smith & Wesson, Beretta, Colt y Glock, señalándolas por vender armas de forma negligente sabiendo que terminarían en manos de cárteles. Según el gobierno mexicano, al menos el 70% de las armas usadas por el crimen organizado provienen del país vecino.

Sin embargo, el máximo tribunal estadounidense desechó la demanda de forma unánime, argumentando que las leyes en EEUU protegen a los fabricantes de armas de responsabilidad civil si sus productos son utilizados para cometer delitos. Las compañías acusadas sostienen que no hay pruebas que las vinculen directamente con el tráfico o el uso criminal de sus armas.

Aunque un tribunal de apelaciones había dado luz verde al caso bajo una excepción legal, la que permite demandas si las empresas violan deliberadamente la ley en sus prácticas comerciales, la Corte Suprema cerró definitivamente esa puerta.

Pese al revés, México mantiene su postura y asegura que la industria armamentista estadounidense no puede ignorar el destino de sus productos. La demanda buscaba responsabilizar a las empresas por lucrar con la violencia que afecta a miles de personas.

Expertos calculan que más de 250 mil armas cruzan ilegalmente cada año hacia México, muchas de ellas utilizadas en crímenes, extorsiones y asesinatos por parte del crimen organizado.