Las tensiones diplomáticas volvieron a encenderse luego de que el presidente Donald Trump firmara una orden ejecutiva que prohíbe la entrada a EEUU a ciudadanos de 12 países por “razones de seguridad nacional”. Entre los afectados con restricciones parciales están Cuba y Venezuela, y sus gobiernos no tardaron en responder.
Desde Caracas, el ministro Diosdado Cabello calificó a la administración estadounidense como “fascista y supremacista”, y aseguró que estar en EEUU representa un riesgo incluso para sus propios ciudadanos.
Por su parte, desde La Habana, el canciller Bruno Rodríguez señaló en X (antes Twitter) que la medida tiene un trasfondo racista y busca romper los lazos personales, académicos y culturales entre ambos países.
También se pronunció el viceministro cubano Carlos Fernández de Cossio, acusando a Washington de arremeter contra cubanos dentro y fuera de la isla, responsabilizando a los políticos anticubanos de ser parte del problema.
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