El presidente de Bolivia, Luis Arce, ordenó este miércoles a la policía y al Ejército desbloquear las carreteras tomadas desde hace diez días por seguidores del exmandatario Evo Morales, quienes protestan por su inhabilitación para las elecciones presidenciales de agosto.
Arce acusó a los manifestantes de buscar “derrocar al gobierno” y denunció actos violentos. En respuesta, Evo Morales advirtió que la acción solo “provocará mayor sublevación del pueblo boliviano”.
Los enfrentamientos ya han dejado más de 30 heridos, incluidos policías atacados con piedras durante un operativo en Parotani.
Las protestas han paralizado rutas claves, dejando vehículos varados con alimentos y combustible, y pérdidas superiores a 100 millones de dólares, según el gobierno.
El conflicto político y social sigue escalando, con dirigentes detenidos, denuncias por incitación a la violencia y un país cada vez más tenso a pocas semanas de las elecciones.
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