Por quinto día consecutivo, la capital de Georgia, Tiflis, y otras ciudades del país, fueron escenario de intensas protestas contra la decisión del gobierno de Irakli Kobajidze de posponer hasta 2028 las negociaciones para la adhesión del país a la Unión Europea (UE).

Las manifestaciones, que han congregado a miles de personas, se desarrollan principalmente en la avenida Rustaveli frente al Parlamento, lugar simbólico de protesta en Georgia. Los inconformes han denunciado el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía, que recurrió a cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersarlos.

El domingo, unas 40 mil personas se concentraron en Tiflis ondeando banderas de Georgia y de la UE, lo que culminó en enfrentamientos y decenas de detenciones, incluyendo a Zurab Dzhaparidze, líder de la opositora Coalición para el Cambio.

Las protestas reflejan la división interna en Georgia sobre su futuro político y geopolítico. Mientras sectores del gobierno priorizan la estabilidad interna y las relaciones con países vecinos, los manifestantes y la oposición insisten en acelerar la integración con la UE, considerando esto clave para el desarrollo democrático y económico del país.