El sospechoso del atropello masivo ocurrido el jueves en Múnich, que dejó más de 30 personas heridas, parece haber tenido un motivo relacionado con el extremismo islámico, aunque las autoridades indicaron que no hay evidencias de que estuviera vinculado a ninguna red radical.

El hombre, un afgano de 24 años que llegó a Alemania como solicitante de asilo en 2016, fue arrestado tras embestir deliberadamente su Mini Cooper contra la parte trasera de una manifestación sindical en la ciudad.

Durante su detención, el sospechoso, quien no tenía antecedentes penales, gritó “Allahu Akbar” y rezó, lo que llevó a las autoridades a trasladar el caso al departamento encargado de investigar el extremismo.

El sospechoso admitió haber actuado por una motivación religiosa y se enfrenta a cargos de intento de asesinato, lesiones graves e interferencia peligrosa en el tráfico.

La policía confirmó que 36 personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad.