La Universidad de Harvard alzó la voz este viernes y presentó una demanda contra el gobierno de Donald Trump tras una polémica decisión que le impide matricular a estudiantes extranjeros.
Todo comenzó el jueves, cuando la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, revocó la certificación que permite a Harvard aceptar estudiantes con visados de intercambio. Esta acción afecta directamente al Programa SEVIS, clave para la educación internacional en EE. UU.
Trump justificó la medida atacando duramente a Harvard, a la que calificó de “institución de extrema izquierda y antisemita”. También la acusó de alinearse con el Partido Comunista Chino, lo que elevó aún más la tensión con China y el mundo académico global.
La universidad respondió legalmente, calificando la revocación como “ilegal e injustificada”, y alertó que pone en juego el futuro de una cuarta parte de su comunidad estudiantil. “Es un acto de represalia que amenaza la libertad académica”, denunció el presidente de Harvard, Alan Garber.
Mientras tanto, un juez federal ya ordenó suspender cualquier revocación de visas internacionales a nivel nacional, aunque aún no está claro si eso protege a quienes estudian en Harvard.
Deja un comentario