El uruguayo Ignacio Rivero es sin duda uno de los jugadores más queridos por la afición de Cruz Azul. Su entrega y compromiso en cada partido han conquistado el corazón de los seguidores celestes. Y este domingo, en la Final de la Copa de Campeones Concacaf, Rivero volvió a demostrar su pasión y dedicación al equipo.
Un día especial para Rivero
Pero lo que hace que este día sea aún más especial para Rivero es que coincidió con el nacimiento de su hijo. Su esposa, que estaba en recuperación después del parto, siguió el partido en el hospital con el bebé, mientras que Rivero jugaba con el corazón en la mano. “La verdad que muy feliz, el nacimiento de mi hijo, con una guerrera que es mi señora, con una gran familia detrás”, compartió el jugador.
Un homenaje a su madre
Rivero también recordó a su madre, quien falleció a inicios del Clausura 2024. “Hoy el mejor día de mi vida, también la pasé mal por el fallecimiento de mi mamá, sé que allá arriba o en algún lugar siempre me acompaña”, dijo con emoción.
Un equipo con resiliencia
Rivero destacó la resiliencia del equipo y la pasión de la afición de Cruz Azul. “Un equipo con mucha resiliencia, muy feliz de lo que somos, de lo que significa la afición del Cruz Azul”, añadió.
Sin duda, Ignacio Rivero es un jugador que lleva el corazón en la mano y que ha conquistado el corazón de la afición celeste.
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