En un alarmante repunte del conflicto entre India y Pakistán, el ejército indio lanzó una serie de ataques con 24 misiles sobre objetivos en territorio paquistaní y en la región de Cachemira bajo control de Islamabad.
La operación, llamada Sindoor, fue justificada por Nueva Delhi como una respuesta al ataque terrorista del 22 de abril que mató a 26 turistas en la Cachemira india.
Las consecuencias han sido devastadoras: 31 personas fallecidas en territorio paquistaní, incluyendo mujeres y niños; 15 muertos por bombardeos paquistaníes en la frontera, Pakistán asegura haber derribado cinco aviones indios, versión que India niega. Los ataques aéreos interrumpieron vuelos en Asia, Medio Oriente y Europa.
Pakistán, por su parte, respondió con ataques propios y declaró que “India encendió un infierno sobre Cachemira”. El primer ministro Shehbaz Sharif afirmó: “Estamos listos, sea guerra convencional o nuclear”.
Desde Washington hasta Moscú, pasando por Pekín y Bruselas, las potencias mundiales pidieron contención. Incluso el presidente Donald Trump se ofreció como mediador para evitar una guerra abierta entre estos dos países, ambos con arsenal nuclear.
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