A partir de este sábado 31 de mayo, la Ciudad de México comenzará a sancionar con cárcel y multas a quienes cometan los llamados “pinchazos” es decir, cuando se suministran sustancias a alguien sin su consentimiento. Esta nueva medida fue publicada en la Gaceta Oficial y aprobada previamente por el Congreso local.

Hasta ahora, en la capital se han registrado al menos 20 casos, muchos de ellos relatados por víctimas que dicen haber sentido piquetes o mareos repentinos en el transporte.

El decreto establece sanciones de 2 a 5 años de prisión y multas de 50 a 300 días de salario mínimo para quien cometa estos actos. Pero si se agrava la situación por ejemplo, si la sustancia es peligrosa o si la víctima pertenece a un grupo vulnerable como mujeres, niños o personas mayores la pena puede aumentar hasta la mitad.

Además, el delito se perseguirá de oficio, lo que significa que no se necesita una denuncia para que se inicie una investigación.