Junto a la vicepresidenta María José Pinto, Daniel Noboa recibió oficialmente las credenciales como presidente electo de Ecuador marcando un hito al tener con ello el control total de los poderes del Estado.
Tras cerrar un pacto con Pachakutik y el Partido Social Cristiano, el gobierno logró una ajustada mayoría en la Asamblea Nacional (80 de 151 curules), lo que le da vía libre para hacer reformas clave sin necesidad de convocar a una Asamblea Constituyente, pese a que fue una de sus promesas de campaña.
Entre los posibles giros se destacan reformas a la seguridad social, como aumentar la edad de jubilación, reducir pensiones y limitar el acceso a la salud.
En su discurso, Noboa dejó claro que no habrá espacio para quienes quieren destruir la democracia: “Les tiraremos la puerta en la cara”.
Mientras tanto, desde la otra orilla, la Revolución Ciudadana (liderada por Rafael Correa y su excandidata Luisa González) denuncia fraude electoral, aunque el Consejo Nacional Electoral desestimó las acusaciones tachándolas de “descabelladas”.
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