El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ordenó desde este viernes un confinamiento total para la población del río Baudó, en el noroeste de Colombia, durante tres días. La medida busca evitar que los civiles queden atrapados en los enfrentamientos con el Clan del Golfo, un grupo narcotraficante rival.

La zona afectada está ubicada en el departamento del Chocó, donde no hay carreteras y los habitantes dependen de los ríos para movilizarse. La gobernadora Nubia Córdoba alertó sobre una nueva ola de violencia entre los grupos armados, que se disputan este estratégico corredor del narcotráfico.

Estos “paros armados” no son nuevos, pero sí preocupantes, se producen mientras el país enfrenta su nivel más alto de violencia en una década, a pesar de los intentos del presidente Gustavo Petro por alcanzar la “paz total”.

En los últimos días, el mandatario denunció el asesinato de al menos 27 policías y militares bajo un plan criminal estilo “Escobar”.

El conflicto armado en Colombia no ha terminado. Mientras tanto, miles de personas viven atrapadas entre balas, confinamientos y desplazamientos forzados.