El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció que Rusia está trabajando en la creación de una zona de seguridad en la frontera con Ucrania, tras los continuos bombardeos a las regiones fronterizas de Kursk, Belgorod y Briansk.
Durante una videoconferencia transmitida por la televisión estatal, Putin aseguró que las fuerzas armadas rusas ya están “cumpliendo la misión” de establecer un cordón sanitario para proteger a la población civil, señalando que las incursiones ucranianas han causado daños materiales y la muerte de civiles, entre ellos mujeres y niños.
Putin denunció lo que calificó como “métodos terroristas” por parte de Kiev y afirmó que las tropas ucranias atacan principalmente instalaciones civiles. Además, ordenó intensificar labores de desminado y búsqueda de armas ocultas en zonas afectadas.
En paralelo, Moscú y Kiev acuerdan intercambiar dos mil prisioneros de guerra, mil por cada lado. La lista de nombres ya fue compartida y se encuentra bajo revisión, aunque aún quedan dudas sobre posibles crímenes de guerra cometidos por algunos soldados. Este intercambio, mediado por Emiratos Árabes Unidos, sería el mayor desde el inicio del conflicto en 2022.
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