En los próximos días, la división vivirá un momento crucial con la inminente toma de decisiones sobre los cambios de sede, lo que podría redefinir por completo el panorama de la competencia. Aunque el enfoque administrativo es importante, el verdadero impacto estará en lo deportivo, con la llegada de tres franquicias que no solo buscan incorporarse como socios permanentes, sino que también aspiran a ser contendientes directos por el ascenso… en caso de que este finalmente se abra.

Jaiba Brava de Tampico Madero no se conforma con ser un equipo invitado. El conjunto tamaulipeco está invirtiendo con fuerza, decidido a tener voz, voto y protagonismo. Sus acciones apuntan a largo plazo, con la mira puesta en el máximo circuito.

La Trinca Fresera de Irapuato es otro de los clubes que apunta alto. Con una afición histórica, una plaza comprometida y el respaldo del empresario Juan Carlos Jones y la familia Sánchez, Irapuato promete regresar como un equipo competitivo desde el primer día.

Los Piratas de Veracruz también quieren alzar la mano con fuerza. Con respaldo económico sólido, planean convertirse en un proyecto ambicioso y protagonista, con la clara intención de regresar al puerto el fútbol de élite.
Estas tres franquicias representan una bocanada de aire fresco y competencia real para la categoría, que está cerca de experimentar una nueva etapa. Todo dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos días, pero el panorama para la división luce más interesante que nunca.