El ejército de Líbano ha intensificado su presencia en el sur del país, mientras Israel impuso un toque de queda temporal en la zona sur, instando a los residentes a no acercarse al río Litani. Este movimiento de refuerzo ocurre tras la entrada en vigor de un alto el fuego el miércoles por la mañana, poniendo fin a más de un año de intensos combates entre Hezbollah e Israel.

A medida que entraba en vigor el alto el fuego, decenas de miles de libaneses desplazados por el conflicto comenzaron a regresar a sus hogares. Sin embargo, la situación sigue siendo tensa, ya que el ejército israelí impuso restricciones en el movimiento de la población en el sur. En los suburbios de Beirut y el valle de Bekaa, bastiones de Hezbollah, se observó a milicianos circulando en motocicletas y ondeando banderas del grupo, aclamando la “victoria” contra Israel.

Por otro lado, el movimiento Hezbollah celebró lo que consideró una victoria sobre Israel, reafirmando su disposición para continuar combatiendo si fuera necesario. La milicia chiita destacó que la “victoria de Dios” fue fundamental en su lucha contra las fuerzas israelíes.

Mientras tanto, en Gaza, al menos 33 palestinos murieron en recientes ataques israelíes. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, expresó su esperanza de que la calma en Líbano ayude a detener la violencia en Gaza y poner fin a la ofensiva israelí en la franja.