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En las últimas horas del día 28 y las primeras del 29 de septiembre de cada año, en diferentes poblaciones mexicanas se celebra la fiesta patronal de San Miguel Arcángel, conocido como el líder de los ejércitos de ángeles dentro de la religión judeocristiana.
La tradición oral refiere que este día el diablo se escapa de su prisión a la tierra y pelea contra San Miguel Arcángel. Para combatirlo o protegerse, los antepasados colocaban cruces de flor de pericón en sus casas y cultivos, convirtiéndose en una tradición milenaria.
En la actualidad, a partir del 26 de septiembre se puede observar la venta de esta flor aromática. La mayoría de las familias protegen su hogar, su siembra e incluso sus autos, aquí comentaron algunas.
La festividad se asocia con el día de San Miguel Arcángel quien con su espada vence al mal.
Pese a que la tradición va de generación en generación, este año hubo poca cosecha de Pericón según comentaron algunos vendedores, entre ellos Pedro Domínguez, originario de Cuentepec, quien señaló que la falta de agua disminuyó el corte.
A decir del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el principal uso popular del pericón es el ceremonial y se realiza el día 28 de septiembre. De acuerdo con la tradición, se hacen cruces con las flores y se colocan en las puertas y ventanas de los hogares, en los campos de cultivo y en las milpas, como elemento de protección contra los “aires” y el “enemigo”, en referencia a la pelea entre San Miguel Arcángel y el diablo. Y tú ¿sigues esta tradición?
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