Una impresionante tormenta de polvo, originada en Irak, cubrió gran parte del oeste de Irán, obligando al cierre de escuelas y oficinas en al menos siete provincias. Las autoridades han pedido a cerca de 13 millones de personas que permanezcan en sus casas debido a los riesgos para la salud y la seguridad.
Las regiones más afectadas incluyen Juzestán, Kermanshah, Ilam y Kurdistán, donde las nubes de polvo han reducido la visibilidad y provocado serios problemas respiratorios. Solo en Juzestán, más de 240 personas fueron atendidas en hospitales, según reportes oficiales.
La tormenta ha dejado también un saldo trágico: nueve personas fallecidas en los últimos siete días. Según fuentes de la agencia Tasnim, cuatro muertes ocurrieron por fuertes vientos y caída de objetos, mientras que cinco personas murieron alcanzadas por rayos.
El fenómeno evidencia el impacto del cambio climático en la región y plantea preguntas urgentes sobre la preparación ante eventos meteorológicos extremos.
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