El presidente Donald Trump enfrentó su primera crítica pública directa desde que retomó el poder durante el tradicional servicio religioso en la Catedral Nacional en Washington. La obispa Mariann Edgar Budde, una de las líderes religiosas más influyentes del país, dirigió un mensaje al mandatario, pidiendo misericordia para la comunidad LGBTQ+ y los inmigrantes indocumentados.
“Puede que no sean ciudadanos o tengan la documentación apropiada, pero la vasta mayoría de los inmigrantes no son criminales. Pagan impuestos y son buenos vecinos; son miembros fieles de nuestras iglesias y mezquitas y sinagogas”, declaró Budde, mientras miraba directamente a Trump.
El presidente desestimó el mensaje, calificando el servicio como “no bueno” en declaraciones a periodistas al regresar a la Casa Blanca.
La crítica transmitida en televisión nacional marcó un contraste con los elogios recibidos por Trump durante su inauguración de líderes religiosos cuidadosamente seleccionados. Sin embargo, el descontento hacia su administración no se limitó a lo religioso.
La reciente decisión de Trump de otorgar indultos a más de mil 500 personas condenadas por participar en el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021 ha generado una ola de críticas, incluso dentro de su propio partido.
“No apoyo los indultos si fueron otorgados a gente violenta”, afirmó la senadora republicana Susan Collins. Entre los liberados están Enrique Tarrio, exlíder de los Proud Boys, y Stewart Rhodes, líder de los Oath Keepers, ambos condenados por organizar actos violentos para intentar impedir la certificación de Joe Biden como presidente.