En la madrugada del martes, Ucrania lanzó más de 100 drones hacia territorio ruso, en un ataque que afectó al menos una decena de aeropuertos, incluyendo cuatro en Moscú. La acción ocurre en vísperas del desfile del 9 de mayo, la celebración más simbólica del patriotismo ruso, con la presencia confirmada de 29 líderes mundiales, entre ellos los presidentes de Brasil y China.
El Kremlin impuso restricciones aéreas y anunció una tregua unilateral del 8 al 10 de mayo para garantizar el evento, aunque Kiev no confirmó si la respetará. Mientras tanto, Ucrania advirtió a países extranjeros que marchar junto a soldados rusos equivaldría a apoyar la invasión.
Este año, el desfile en la Plaza Roja cobra especial tensión. Se espera que Putin utilice su discurso para reforzar su narrativa sobre la “desnazificación” de Ucrania, justificando así la ofensiva iniciada en 2022. Las calles de Moscú ya están decoradas, pero el ambiente está lejos de ser festivo.
Con la guerra como telón de fondo, Rusia busca proyectar fuerza, pero la presión internacional y los ataques ucranianos lo desafían incluso en sus fechas más emblemáticas.
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